Un huracán llamado María

María me trajo de vuelta a este rincón. Aunque ya han pasado alrededor de ocho meses de la peor catástrofe ambiental/social que me ha tocado vivir. A veces somos muy fuertes y tercos ante la dureza de la vida pero llega el momento en que damos duro contra la pared. El esfuerzo de seguir nadando en contra de la corriente es agotador. Quiero ser parte de la solución pero a la misma vez es tan tentador irme a un lugar en donde nadas y al menos llegas a alguna parte. Por lo pronto me quedo porque la terquedad es parte fundamental de mi existencia y utilizaré este espacio para ventilar mis vivencias como ya lo hice en otra ocasión. Escribir es realmente catártico.